CITA BIBLIOGRÁFICA: Hernández Rodríguez G. Cese de la actividad profesional y preparación para la jubilación. Cuadernos de relaciones laborales.2009; 27(2): 63-81.
COMENTARIO PERSONAL:
La jubilación se trata de una nueva etapa de la vida para la que muchas personas no están adecuadamente preparadas y esa falta de preparación, en su caso, de adaptación, tiene repercusiones no deseables en la salud física y mental de los trabajadores y en su vida y relaciones sociales y familiares. Pienso que una jubilación mal asimilada o en la que no haya existido una adecuada preparación, pude crear un cierto malestar social, del que se desprenderá un malestar psíquico y en algunas ocasiones, incluso físico. Por todo ello, creo que una buena organización y ejecución de ciertos programas de preparación para la jubilación, permitiría que las personas se adapten convenientemente, sin que signifique para ellas un trauma entrar en una nueva etapa. Sin embargo, existen numerosas opciones de realización personal y de valoración social para los jubilados, a través de diferentes alternativas que se les ofrece de forma atrayente y útil, para evitar que caigan en el autoabandono. Pero estas alternativas tienen que ser acordes con sus diversas capacidades, expectativas y necesidades, es decir, que los programas se crean con los jubilados y no para los jubilados.
Por otro lado, el gran riesgo que supone la jubilación para las personas cercanas a ella o incluidas ya en esa etapa, es que suelen asociarla con la ancianidad. Este hecho puede dar lugar a un prematuro envejecimiento psicológico, debido a que suelen realizar y hacerse creer que son una persona envejecida y donde sus capacidades físicas y mentales no coinciden con la realidad.
Otra de las cosas que me ha llamado la atención del artículo, ha sido que ve como fundamental que las personas se apoyen en su conyugue (siempre y cuando lo tengan), para irse preparando para la jubilación, y no interpretarla de una forma incoherente, aunque siempre siendo conscientes de que la entrada a esa nueva etapa va a su poner diversos cambios en sus vidas. Ambos se deben de adaptar a la nueva situación, hacerla creativa y evitar los efectos negativos e interpretarla como algo positivo. Además, sumado a esto, creo que es muy importante que exista una comunicación entre las personas mayores, en este caso jubiladas, y los demás componentes de la familia y no solo su conyugue, pues todos se deben de esforzar por conocer y comprender las características y limitaciones de los demás.
Por último, pienso que la sociedad en su conjunto, el estado, las administraciones públicas y las familias, deberán poner todos los medios posibles para hacer que la vida del jubilado, donde actualmente la esperanza de vida es mayor, puedan vivir de una forma adecuada, donde no esté vacía de contenido, tenga un sentido y no lleguen a ser considerados como estorbos sociales, pues la jubilación significa el final del ejercicio de una vida profesional, pero no el final de la vida misma.
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