REFERENCIA BIBLIOFRÁFICA: Cano Pan R, Neira Álvarez M. Deprivación sensorial. En: Guillén Llera F, Pérez del Molino Martín J, Petidier Torregossa R. Síndromes y cuidados en el paciente geriátrico. 2ª ed. Barcelona: Elsevier Masson; 2008. p.647-655.
A medida que envejecemos aparecen una serie de cambios tanto físicos como psíquicos en el sujeto que determinarán cómo este puede desenvolverse en su quehacer diario. Uno de los problemas más comunes y que generalmente afecta a un gran porcentaje de personas mayores son las alteraciones visuales y auditivas (éstas últimas fundamentalmente), ya que con los años estos sentidos se vuelven menos agudos y hacen que el sujeto presente ciertas dificultades a la hora de comunicarse, a la hora de realizar ciertas actividades sociales, de interacción… siendo causa frecuente de incapacidad funcional y aislamiento social. Todos estos cambios visuales y auditivos se asumen como proceso normal del envejecimiento, al menos hasta que comienzan a interferir en las actividades cotidianas del sujeto. Por lo tanto, se trata de un problema de relativa importancia sobre el que debemos actuar dentro de nuestras posibilidades para poder evitar así todas aquellas complicaciones que pueden aparecer asociadas con la disminución de visión y audición, como son las caídas, los golpes o fracturas. No obstante, estas deficiencias sensoriales pueden crear en el anciano una sensación de aislamiento, baja autoestima y tener consecuencias negativas en su vida personal y social, afectando directamente sobre la independencia del sujeto, las cuales debemos conocer para poderlas prevenir, identificar o resolver.
El hecho de relacionar las pérdidas visuales y auditivas con el proceso de envejecer, hace que muchos ancianos pasen por alto estos problemas sin darles ninguna importancia, lo que pone de manifiesto la necesidad de informar de forma exhaustiva al anciano y proporcionarle una adecuada educación para la salud, así como la necesidad de realizar revisiones oftalmológicas y auditivas periódicas anuales a partir de los 65 años. El gran impacto social que tiene este tipo de deficiencias las convierte en un problema de interés común y generalizado tanto entre los profesionales sanitarios como entre los ancianos y personas adultas.
Además de explicar adecuadamente los distintos tipos de problemas visuales y auditivos así como las patologías más frecuentes, este libro presenta una serie de tablas, gráficos e imágenes que permiten comprender mejor el texto y que lo hacen más llevadero y ameno. También, contiene un apartado de consejos acerca del cuidado que debe prestarse a un anciano con este tipo de déficits, lo que puede ayudar a guiar nuestra futura actividad profesional cuando nos encontremos con este tipo de pacientes. Me ha parecido que explica correctamente los distintos trastornos auditivos y sensoriales y creo que puede sernos de gran utilidad para guiar nuestro trabajo de campo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario