jueves, 13 de octubre de 2011

BIBLIOGAFÍA 1 (Trabajo de Campo)

Deterioro visual y auditivo en el anciano

Holmes OW. Sentidos. En: Brurke MM, Walsh MB. Enfermería gerontológica: cuidados integrales del adulto mayor. 2ª ed. Madris: Harcourt Brace; 1998. P. 189-161.

A medida que la persona envejece, la capacidad de la persona para percibir información a través de los sentidos se ve disminuida, en especial aquella que llega mediante la vista o el oído. Son cambios que se producen de manera silenciosa y muchas veces pasan desapercibidos, tanto por los ancianos como por sus familiares, de modo que es aconsejable que se esté atento a los indicadores físicos, psicológicos y socioculturales de deterioro sensorial.

En el caso de la visión, el ojo experimenta cambios importantes debidos al envejecimiento como son la pérdida de masa orbitaria, disminución del tomo muscular, la córnea tiende a aplanarse, la retina adelgaza, la secreción lagrimal se ve reducida y disminuye también la sensibilidad del ojo. Pero además de los cambios propios de la edad, se producen una serie de patologías oftalmológicas bastante comunes entre las personas mayores como, por ejemplo, las cataratas. La valoración enfermera, como parte del proceso de atención de enfermería, incluye la exploración y evaluación, tanto de la anatomía y fisiología del ojo como el análisis psicosocial del individuo y del entorno, ya que son componentes fundamentales para dar un enfoque global a la asistencia enfermera.

En cuanto a la pérdida de audición, no es una incidencia relacionada universalmente son la edad, sin embargo, muchas personas mayores la experimentan. La pérdida auditiva es un factor importante que influye en la calidad de vida, pues mediante la capacidad funcional de audición las personas somos capaces de comunicarnos y vivir en comunidad. Las personas mayores con este tipo de problemas aumentan el riesgo de perder las habilidades de comunicación, con el consiguiente aislamiento social que ello supondría. En primer lugar, y antes de echar mano de los avances médicos y tecnológicos para paliar los déficits auditivos, debemos actuar desde la posición enfermera, es decir, llevar a cabo intervenciones de enfermería, como puede ser explicar a los pacientes su trastorno de audición y ayudarles a tomar parte activa en la estructuración de las comunicaciones con los demás.

El capítulo me parece interesante porque plasma con claridad, además de las diferentes patologías sensoriales, el proceso de enfermería que se debería de llevar a cabo con pacientes que presenten estos trastornos. Explica de forma amplia las opciones de planificación e intervención y las aborda teniendo en cuenta al anciano en todos sus ámbitos, desde la patología en sí, teniendo en cuenta su parte más biológica, hasta el contexto y el entorno social en el que se encuentra la persona: hogar familiar, residencia… por lo que los resultados del proceso de enfermería, llevado a cabo correctamente, conseguiría sus objetivos principales: mejoras en el anciano y en su calidad de vida.

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