CITA BIBLIOGRÁFICA: Luque Santiago A, Vicente Luelmo A. Alteraciones de la audición en los mayores. Hipoacusia. En: Martín Lesende I, coordinador. Atención a las personas mayores desde la atención primaria. Barcelona: semFYC; 2004. P.305-321.
COMENTARIO PERSONAL:
En este capítulo del libro, he podido extraer diversa información para ir conociendo la distintas alteraciones, en este caso auditivas, de las persona mayores. Así mismo, me ha sido muy útil para poder ir recopilando información para ir enfocando nuestro trabajo de campo. Además incluyen una serie de tablas bastante resumidas, donde se recogen los puntos más importantes a tener en cuenta sobre las alteraciones auditivas sufridas por los ancianos.
Algunos de los temas importantes que trata son:
En primer lugar, hace referencia a los más imprescindible, que es conocer que la audición normal va de 0 a25 decibelios (dB) a través de todas las frecuencias, y la conversación normal se produce entre 20 y 60 dB y entre las frecuencias de 1.00 y 6.000 hertzios (Hz).
Con el paso de los años se produce un deterioro celular que afecta al oído interno, nervio auditivo, núcleo coclear, vías nerviosas de asociación y corteza cerebral que ocasiona un déficit en la recepción e integración de los sonidos. Este deterioro, se acusa en las frecuencias más altas y se acompaña de dificultad en entender la palabra hablada y en la comprensión verbal si se habla rápidamente. Su importancia radica, en que la hipoacusia es un problema frecuente en las personas mayores y que a su vez, está asociado a un incremento de la mortalidad en hombres.
Así mismo, se considera hipoacusia cuando la pérdida auditiva afecta a la comunicación, es superior a los 25 dB, aunque las dificultades aparecen a partir de los 40dB, pero con suficiente audición residual como para poder procesar bien la información lingüística. Existen tres tipos de hipoacusia: de transmisión o de conducción; de percepción o neurosensorial; y mixta, donde se combinan las dos anteriores.
Con la edad se incrementa el porcentaje de hipoacusia. Entre las causas más comunes de hipoacusia en el anciano se encuentran:
· Presbiacusia: es un tipo de hipoacusia neurosensorial, progresiva y simétrica. Es la causa más frecuente de pérdida auditiva en los ancianos. Consiste en una pérdida progresiva de la audición para las frecuencias altas. Se la conoce también como pérdida auditiva relacionada con la edad. Entre sus síntomas se encuentras los acúfenos y la hipersensibilidad a los ruidos. Afecta a más hombres que mujeres y su único tratamiento es la colocación de un audífono.
· Tapones de cerumen: es un tipo de hipoacusia de trasmisión uni o bilateral. Se produce por la atrofia y deshidratación de la piel del conducto auditivo externo, lo que favorece la acumulación de secreción ceruminosa o los restos epiteliales de descamación o todo ello. Entre sus síntomas se encuentran acúfenos, autofonía y el vértigo. Su tratamiento consiste en un lavado-irrigación o aspiración de la cera.
· Otoesclerosis: es un tipo de hipoacusia, primero de transmisión y luego neurosensorial, y es asimétrica. En el 50% de los pacientes presentan antecedentes familiares. Se produce debido a una osteodistrofia del estribo. Entre sus síntomas se encuentran lo acúfenos y la paracusia de Willins. Se produce de forma mayoritaria en mujeres y se agrava por los cambios hormonales de ésta, y por lo general, afecta a un lado más que a otro. Su tratamiento consiste en la colocación de un audífono o una estapedoplastia.
· Otras acusas: el empleo de fármacos ototóxicos como los diuréticos o los antibióticos, los traumatismos acústicos, los procesos infecciosos, secuelas cicatriciales…
Entre las ayudas auditivas se encuentran: las prótesis auditivas o audífonos (constan de un micrófono, un amplificador, un receptor y una batería), y las gafas auditivas, entre otros.
Por último, decir que la prevención primaria de la pérdida inducida por los ruidos es posible y los programas de control y de protección auditiva podrían ser eficaces.
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