sábado, 8 de octubre de 2011

BIBLIOGRAFIA 3

JUBILACIÓN

Bayés R. Preparando el viaje a un país desconocido llamado “jubilación”. En *: Bayés R. Vivir: guía para una jubilación. Barcelona: Ediciones Paidós Ebérica; 2009. p. 45-73

            Me ha resultado interesante éste libro ya que el autor aporta una visión cercana y sencilla de entender de una de las etapas de la vida como es la jubilación. Según el autor cuando llegamos a la vejez o bien oficialmente a la fecha que marca la ley en muchos países para la jubilación en cada profesión o bien porque una disminución de nuestras facultades así nos lo advierte, nos enfrentamos ante una entrecruzada, viéndonos obligados a elegir uno de los dos caminos siguientes:

-Continuar con las tareas que siempre hemos llevado a cabo y sabemos hacer, siempre que podamos físicamente.  Personalmente creo que es la opción que nos acostumbramos a seguir.

-Encontrar otras tareas de las que ocuparnos en las que podamos disfrutar llevándolas a cabo. Pienso que es la opción que a todos nos gustaría, realizar cosas que nunca hemos podido hacer por la falta de tiempo.

Mientras no existan mejores datos disponibles, el autor se encuentra convencido de que los indicadores más relevantes de factores de riesgo de aparición temprana de síntomas de deterioro al envejecer son: tener más de sesenta y cinco años y vivir sólo; leer y escribir poco; tener una red pobre o escasa de contactos sociales y afectivos con otros seres humanos; no practicar ejercicio físico, por ejemplo, andar con regularidad; y no disfrutar con las actividades que se llevan a cabo. Pienso que el autor con ésta sencilla explicación considera la importancia del funcionamiento cognitivo, motor y sobre todo, la importancia de mantener relaciones interpersonales para la salud.

El autor sugiere que se debe estudiar la posibilidad de defender la actividad laboral de las personas mayores competentes, generadora de autoestima y de interacciones sociales enriquecidas como factor protector de la salud pública, capaz de retardar las demandas y disminuir los costes humanos y económicos asociados. Creo que es una buena opción sobre todo si observamos nuestra crisis financiera actual, como el autor, pienso que las personas mayores con capacidad de seguir realizando su actividad laboral y sobre todo, de forma voluntaria, deberían de continuar haciéndola. 

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