jueves, 27 de octubre de 2011

CUESTIONARIO 3

Procedimiento laparoscópico en el anciano

Se trata de un artículo de revisión no científico, en el que se repasan diversos estudios sobre la temática quirúrgica en el anciano y, más concretamente, sobre la laparoscopia. A pesar de estar bien construido carece de criterios por los cuales se han seleccionados dichos estudios y aunque no expresan explícitamente el objetivo de esta publicación es potenciar la cirugía laparoscópica.

Actualmente el 40% de la actividad quirúrgica se centra en el tratamiento de pacientes mayores de 65 años, los cuales presentan un mayor riesgo para la cirugía que los más jóvenes. El objetivo en el tratamiento de los ancianos es ofrecerles la mejor calidad de vida posible, a pesar de que representan un desafío quirúrgico a causa de la comorbilidad asociada y la reserva cardiopulmonar disminuida.


En primer lugar, las patologías más comunes en el anciano con las que debemos contar son: enfermedades respiratorias, cardiacas, renales e inmunológicas.


Con la cirugía laparoscopia se consigue esa mínima invasión que alterará menos el estado de salud de estas personas y les hará tener menor tasa de complicaciones cardiorrespiratorias, disminución del dolor postoperatorio, disminución de la estancia hospitalaria y una vuelta rápida a la actividad física normal.


A pesar de las ventajas, la edad avanzada supone un incremento de la estancia hospitalaria postoperatoria con aumento de la morbilidad. Por este motivo es necesaria una correcta valoración  preanestésica del riesgo cardiovascular y la adecuada monitorización durante la intervención para la detección y el tratamiento de las posibles complicaciones hemodinámicas asociadas al procedimiento.


Previamente a la realización de la cirugía debemos considerar el tratamiento farmacológico que el anciano está tomando. La mayoría de ellos toman medicación antihipertensiva y cardiológica, la cual debería ser mantenida, aunque existe cierta controversia en cuanto a los diuréticos y los inibidores del sistema renina-angiotensina a causa de las dificultades en el retorno venoso que pueden suceder durante el procedimiento, por lo que sería aconsejable no administrar estos fármacos las dos horas previas a la cirugía, optimizándose así el relleno vascular (el aplazamiento de la cirugía debe tenerse en cuenta cuando la presión diastólica se encuentra por debajo de 110-120 mmHg). Así mismo, sería también necesaria una correcta evaluación del estado de coagulación.


En el intraoperatorio, la presión intraabdominal por el neumoperitoneo puede generar una serie de problemas en las resistencias vasculares sistémicas y en la función cardíaca, por eso se indica que en los ancianos la presión de insuflación sea menor a 8 mmHg. También es aconsejable la utilización de ventilación “volumen-controlada” (aumento del 15-20% en el volumen corriente y mantenimiento de la frecuencia cardiorespiratoria), para evitar limitaciones de la distensibilidad toracopulmonar. Además, se aconseja la utilización de sistemas de ventilación con circuito cerrado o semicerrado, con flujos bajos y filtros humificadores.


Es recomendable en esta fase la monitorización electrocardiográfica, la pulsioximetría y el control de la presión arterial, y por supesto, la medición de las presiones de la vía respiratoria e intraabdominal.


La tasa de conversión es otro de los problemas con los que nos encontramos más o menos de forma habitual, debido a los procesos inflamatorios que presenta el anciano, así como al aumento del tiempo de intervención.


Una de las preocupaciones en el período postoperatorio de los ancianos es la función respiratoria, obteniéndose mejores resultados tras la cirugía mínimamente invasiva. Frecuentemente los pacientes ancianos van a ir acompañados de enfermedades respiratorias como puede ser la EPOC, con lo cual debemos valorar cuidadosamente para aplicar los cuidados correctos.

También se han descrito complicaciones tales como el edema agudo de pulmón, que podría estar asociado a una excesiva fluidoterapia preoperatoria. Esto junto a la frecuente inestabilidad cardiovascular de estos pacientes hace importante la correcta fluidoterapia del postoperatorio. Además, debido al descenso de la función renal en los ancianos, es importante mantener un volumen intravascular normal y evitar la hipovolemia o un fallo renal agudo; cuando el volumen de la micción es menos a 30 ml/h debemos extremar la vigilancia y el control. Asimismo, debe prestarse atención al balance de agua y sal y a las dosis de los fármacos utilizados.

BIBLIOGRAFÍA 5 L

BIBLIOGRAFÍA 5: Cambios biológicos y psicológicos en el envejecimiento

Referencia bibliográfica: García Hernández M, Torres Egea M.P, Ballesteros Pérez E. El anciano sano: cambios inherentes al proceso de envejecimiento. En: García Hernández M.P, Torres Egea M, Ballesteros Pérez E. Enfermería geriátrica. 2ª Ed. Barcelona: Masson; 2000. P. 27-43.

COMENTARIO PERSONAL

Este capítulo referente a los cambios en el proceso del envejecimiento se compone de tres apartados: cambios biológicos, cambios psíquicos y cambios sociales.
Respecto a los cambios biológicos, se trata del apartado más extenso de los tres. Habla de las modificaciones a nivel celular en primer lugar: desde el punto de vista macroscópico se observa una disminución del peso y volumen de los órganos. Microscópicamente se demuestra un retraso en la división, diferenciación y crecimiento celular a las vez que una disminución gradual del número total de células. También hay una pérdida de agua intracelular y un aumento del tejido adiposo. Después hace referencia al aspecto externo: los cambios en la piel (pérdida de elasticidad y deshidratación fundamentalmente) el envejecimiento del cabello (disminución de la velocidad de crecimiento y ausencia de melanina con la consiguiente decoloración) y el envejecimiento de las uñas (crecimiento más lento, fragilidad, estrías longitudinales). A continuación hace referencia a los cambios en los distintos sistemas: músculo esquelético, que se divide en envejecimiento óseo (disminución desmineralización ósea, disminución talla corporal y cifosis dorsal y disminución occipitohumeral), envejecimiento muscular (pérdida gradual de fuerza, de masa muscular, redistribución de la grasa total  y tensión muscular disminuida) y el envejecimiento articular (deterioro articular, deshidratación cartilaginosa y crecimiento óseo irregular en el borde de las articulaciones); de modificaciones circulatorias, pulmonares digestivas, genitourinarias, nerviosas, endocrinas e inmunitarias, todas de las cuales se caracterizan por una pérdida de la funcionalidad y adaptación.

En cuanto a los cambios psíquicos, en general expone que supone cambios de comportamiento y autopercepción y reacciones específicas frente a nuevas dificultades. Las diferencias del estado psíquico atribuible exclusivamente a la edad no se manifiestan con el mismo grado de atrofia en todos los ancianos. La personalidad en su conjunto, pues no parece alterarse a menos que se produzcan modificaciones patológicas. “Se envejece tal como se ha vivido” es la más clara demostración de que se acentúan algunos rasgos pero no hay cambios en el carácter por solo envejecer.

Por último en el apartado de cambios sociales, expone que lo que se produce en el envejecimiento es principalmente un cambio de rol, tanto en el ámbito individual como en el contexto de la propia humanidad. Asimismo abarca las diferencias generacionales existentes a nivel del comportamiento social y las dificultades de adaptación e integración del anciano a estos cambios.

miércoles, 26 de octubre de 2011

CUESTIONARIO 3

INTERVENCIONE QUIRÚRGICAS EN EL ANCIANO:

Debido a que en la actualidad el 40% de la actividad quirúrgica se centra en pacientes mayores de 65 años es necesario el desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas.

La cirugía mínimamente invasiva (CMI) en las personas mayores supone un gran avance ya que disminuye el dolor postoperatorio, provoca menor tasa de complicaciones cardiorespiratorias, disminuye las estancias hospitalarias y permite una rápida vuelta a la actividad física.

Las principales enfermedades subyacentes en anciano que va a ser intervenido son enfermedades coronarias, arritmias cardiacas e insuficiencia cardíaca congestiva, por lo que es necesaria una correcta valoración preanestésica del riesgo cardiovascular, una la adecuada monitorización y una correcta evaluación del estado de coagulación  previo a la cirugía, ya que estos pacientes pueden estar en tratamiento heparínico y durante la intervención presentarse un mayor riesgo de hemorragia.

Si hablamos de las complicaciones de la intervención, los cambios fisiológicos normales de la edad incrementan la probabilidad de alteraciones de la función renal durante la cirugía y el postoperatorio, por lo que el paciente quirúrgico anciano tiene un elevado riesgo de fallo renal agudo. Para evitarlo debemos prestar atención al balance de sal y agua, y a las dosis de los fármacos utilizados.

Una de las preocupaciones en el postoperatorio de los ancianos es la función respiratoria y una de sus complicaciones asociadas es el edema agudo de pulmón, asociado a una excesiva fluidoterapia en el perioperatoria.

Los procedimientos laparoscópicos más realizados en el anciano son: de la vía biliar, cirugía antirreflujo, hernia de hiato, cirugía gástrica y de colón (ésta no ha tenido tanta aceptación a pesar de sus buenos resultados).

En el perioperatorio la monitorización estrecha de los parámetros hemodínamicos es necesaria para los ancianos con enfermedades caridopulmonares, con el fin de detectar precozmente complicaciones catastróficas, como una embolia pulmonar.

Uno de los problemas de la cirugía laparoscópica es la alta tasa de conversiones asociadas a los pacientes con edad avanzada debido al hecho de que presentan procesos inflamatorios. Este hecho incrementa significativamente la dificultad técnica.

Respecto a las ventajas, se ha demostrado una disminución de la morbilidad, disminución de complicaciones respiratorias y una mayor independencia postoperatoria en los ancianos sometidos a laparoscópia en comparación con los intervenidos por vía abierta.

BIBLIOGRAFÍA 5

Izquierdo Zamarriego G. Isach Comllonga M. Fisiología del envejecimiento. Modificaciones de aparatos, sistemas y órganos.  En*: Guillén Llera F. Ruipérez Cantera I. Manual de Geriatría. 3ª ed. Barcelona: Masson; 2003.p.63-76.

Según este libro, el deterioro progresivo de los sistemas fisiológicos asociados a la edad viene determinado por factores genéticos junto con la interacción de procesos o agentes con los que tiene contacto el individuo a lo largo de su vida.

He encontrado interesante el libro porqué el autor habla de las consecuencias clínicas que tienen los cambios fisiológicos asociados con el envejecimiento, estas son: los cambios fisiológicos pueden afectar a la forma de representación de la enfermedad en el anciano; pueden afectar a la susceptibilidad ante una enfermedad; la cinética y la dinámica de los fármacos suele estar alterada debido a las variaciones en la función renal y hepática, y a los cambios en la composición corporal.

Respecto a las modificaciones morfológicas y fisiológicas de aparatos, órganos y sistemas, me centraré en los descritos por el autor en los órganos de los sentidos, concretamente:

-          Ojos: tendencia a la miosis y disminución de la reacción de la pupila a la luz. Existe un engrosamiento del cristalino, en la cornea puede haber un anillo periférico de depósitos de lípidos (arco senil) y se produce una pérdida de células nerviosas desde la retina hasta la corteza cerebral.
Las principales consecuencias son la disminución de la acomodación, con la aparición de presbicia, así como la agudeza visual, la sensibilidad de los colores y la capacidad de adaptación a la oscuridad y a la luz.

-          Oído: el número de glándulas de cerumen disminuye con la edad, pero el cerumen producido es más seco, por lo que hay más riesgo de tapones en el canal auditivo.
La membrana timpánica pierde elasticidad, hay cambios degenerativos en las superficies auriculares de los huesecillos del oído medio, existe atrofia de las células cocleares y descenso de las neuronas auditivas. Hay una mayor incidencia de presbiacusia, con disminución de sensibilidad ante frecuencias altas.

Personalmente considero, que los cambios que se producen por la edad afectan de diferente manera a unas personas que a otras, es decir, aunque todos envejecemos, existe un envejecimiento “normal”, con un deterioro anatomofisiológico como consecuencia del tiempo y del uso, y un envejecimiento “patológico”, a éste deterioro se asocian enfermedades, lesiones y otras circunstancias que agravan la situación e incluso aceleran el proceso de envejecer.

BIBLIOGRAFÍA 5 F



BIBLIOGRAFÍA 5: CAMBIOS ASOCIADOS CON EL ENVEJECIMIENTO.


Referencia bibliográfica:

Torres González M. Fisiología del envejecimiento. En: Guillén Llera F, Pérez del Molino Martín J, Petidier Torregrossa R.: Síndromes y cuidados en el paciente geriátrico. 2ª Ed. Barcelona: Masson; 2008.p. 31-45.

Comentario:

He escogido este libro para hablar de los cambios en el envejecimiento porque los aborda de manera muy completa, desde los cambios físicos observables (piel, cara, pelo, estructura corporal, etc.) hasta los cambios en la funciones orgánicas vitales (sistema cardiovascular, respiratorio, digestivo, excretor, nervioso, endocrino…).

Según este capítulo sobre la fisiología del envejecimiento, éste es el resultado de complejas interacciones entre factores genéticos y ambientales (dieta, ejercicio, hábitos tóxicos…), que producen cambios heterogéneos en el individuo, que no son uniformes. Al ser un fenómeno universal, va a afectar a todos los individuos y a todos los órganos y sistemas del mismo. Deber considerarse como una alteración del proceso de adaptación del individuo a su medio, produciéndose un declive fisiológico progresivo y una disminución de la capacidad de reaccionar ante el estrés.

Respecto a las modificaciones morfológicas asociadas con el envejecimiento, destacan:

-          Piel y faneras: aparecen arrugas y pecas en la piel. La piel es laxa y disminuye su capacidad de cicatrización. El pelo adquiera un color gris blanquecino debido a la disminución de los melanocitos. También aparecen alteraciones vasculares, como la disminución de la vascularización dérmica, lo que provoca palidez y disminución de la temperatura corporal, etc.

-          Estatura y peso: se produce una disminución de la estatura, especialmente en las mujeres. También disminuye el peso y se acumula grasa corporal alrededor de las caderas y de la cintura.

-          Sistema músculo-esquelético:

Músculos: disminución de la fuerza y masa muscular.

Huesos: se vuelven más porosos, quebradizos y frágiles, siendo frecuente la osteoporosis.

Articulaciones: los cartílagos degeneran, perdiendo capacidad para la distensión.

-          Sistema cardiovascular: se producen cambios en la estructura cardíaca, entre ellos: fibrosis del ventrículo izquierdo, pérdida de la fuerza de contracción, esclerosis valvular, arterioesclerosis, acumulación de grasa sobra la superficie cardíaca, etc.

-          Sistema respiratorio: disminución de la capacidad vital, disminución de la elasticidad pulmonar y movilidad de la pared torácica, debilitamiento de los músculos responsables de la respiración, etc.

-          Aparato digestivo: disminuyen los movimientos peristálticos del esófago, siendo frecuente el presbiesófago que origina una progresión más lenta del bolo alimenticio, disminución de la actividad peristáltica gástrica que hace que el vaciado gástrico sea más lento, menor secreción de mucosa intestinal, aparición de caries, pérdidas dentales, deterioro de la encías, pérdida de papilas gustativas por lo que se aprecian peor los sabores…

-          Sistema excretor: pérdida de masa renal y del número de nefronas, disminución del volumen del riñón, descenso del flujo sanguíneo renal, etc.

-          Sistema endocrino: cese de la reproducción y la disminución de la capacidad para adaptarse a las demandas externas y al estrés. Se producen alteraciones en las funciones homeostáticas, por ejemplo deterioro del mecanismo de termorregulación, de ahí que los ancianos sean menos resistentes al frío y al calor.

-          Sistema inmune: disminución de las defensas inmunitarias lo que implica una menor resistencia a las infecciones, aumento de la susceptibilidad al cáncer e incremento de los procesos autoinmunes.

-          Sistema nervioso: se produce una disminución del peso, de neuronas y dendritas, y un aumento de las circunvoluciones, del tamaño de los ventrículos y del espacio pericerebral, lo que provoca variaciones en el flujo cerebral (disminuye), en el metabolismo neuronal (disminuye el consumo de oxígeno y glucosa) y en los neurotransmisores (disminuyen la adrenalina y acetilcolina y aumenta la monoaminooxidasa).

-          Órganos de los sentidos:

Vista: disminuye el poder de acomodación del ojo, la refracción, la sensibilidad a la luz y la percepción de los colores. Aumenta el periodo de latencia de respuesta.

Oído: la capacidad auditiva disminuye especialmente para las frecuencias altas. La capacidad de percepción del lenguaje está disminuida y también la localización de la fuente del sonido.
          

CUESTIONARIO 3 (R)

VENTAJAS Y PECULIARIDADES DEL ABORDAJE LAPAROSCÓPICO EN EL ANCIANO


·         Actualmente el 40% de la actividad quirúrgica se centra en el tratamiento de pacientes mayores de de 65 años, los cuales presentan mayor riesgo que los jóvenes.
·         El objetivo en el tratamiento de los acianos es ofrecerles la mejor calidad de vida posible, además de representar un desafío quirúrgico a causa de la cormobilidad asociada y la reserva cardiopulmonar disminuida.
·         La cirugía mínimamente invasiva (CMI) es ventajosa para la población geriátrica, ya que permite una disminución del dolor postoperatorio, menor tasa de complicaciones cardiorespiratorias, disminución de las estancias y rápida vuelta a la actividad física.
·         Los avances de la anestesia, la mejor selección de los pacientes, los mejores cuidados peroperatorios y la adopción de los accesos mínimamente invasivos, han permitido realizar procedimientos gastrointestinales más complejos en el anciano.
·         Los pacientes tratados con IECA o  agonistas del receptor de angiotensina –II se adoptan peor a la disminución del retorno venoso. Debido a ello, estos fármacos se deben de  cesar 2 horas antes de la cirugía y se optimizará el relleno vascular, siempre antes de la anestesia.
·         La cirugía se aplaza cuando la presión diastólica se encuentre por debajo de 110-120mmHg.
·         Se debe tener especial cuidado con los pacientes que toman heparinas, por el alto riesgo de hemorragias.
·         Una  CMI puede prevenir complicaciones de fallo renal agudo, ya que es menos agresiva.
·         Para ayudar a prevenir la hipotermia en los procedimientos laparoscópicos, se aconseja la utilización de sistemas de ventilación con circuito cerrado o semicerrados, con flujos bajos y filtros humificadores, la monitorización electrocardiográfica, la pulxiometría y el control de la presión arterial son esenciales, así como las mediciones de la presión respiratoria e introabdominal. La medida del EtCo2 es efectiva para la detención de complicaciones, pero solo es aconsejable, la gasometría arterial se debe realizar en pacientes con alto riesgo.
·         La tasa de conversión es otro problema asociado a la cirugía laparoscopia del anciano, ya que supone estancias más alargadas y un aumento de las complicaciones con respecto a la población joven.
·         Está demostrado que la CMI  ofrece excelentes resultados en pacientes geriátricos y pueden recomendarse como tratamiento de elección, ya que la FCV, el FEV y el flujo espiratorio forzado al 50% se deprimen menos a las 24h de la cirugía, y se recuperan más rápidamente a los 7 días tras la operación.
·         Las intervenciones abiertas suponen un mayor riesgo, de morbilidad y mortalidad así como mayor estancia, por lo que es más conveniente la laparoscopia.
·         El factor más importante asociado a una alta tasa de conversión, es el grado de inflamación y presencia de adherencias.

martes, 25 de octubre de 2011

CUESTIONARIO 3 e

1.- Ventajas y peculiaridades del abordaje laparoscópico en el anciano.
- Actualmente el 40% de la actividad quirúrgica se centra en el tratamiento de pacientes mayores de 65 años, cuyo riesgo para la cirugía es mayor que el de la población más joven.
- Este incremento del riesgo se debe tanto a la mayor cormobilidad asociada a la existencia de una reserva cardio-pulmonar disminuida.
- En general, la cirugía mínimamente invasiva (CMI) ofrece mejores resultados en los ancianos que la cirugía abierta, aunque presenta también una tasa de complicaciones y de conversión mayores que en la población más joven.
- Con esta cirugía laparoscópica, se consigue disminuir el riesgo postoperatorio en los ancianos, así como una menor tasa de complicaciones cardiorespiratorias, una disminución en el período de la estancia postoperatoria y una “rápida” vuelta a la actividad física.
- Debido a un mayor deterioro de la calidad de vida en los ancianos (más cantidad de enfermedades asociadas), y a pesar de las ventajas que ofrece esta cirugía, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones previas antes de efectuar este procedimiento en el anciano.
- En cuanto a las medidas de prevención de complicaciones en el preoperatorio, es necesaria una correcta valoración preanestésica del riesgo cardiovascular y la adecuada monitorización durante la intervención, para la detección y tratamiento de las posibles complicaciones hemodinámicas asociadas al procedimiento (ya que un elevado % de la población es portador de enfermedades o problemas coronarios). En este sentido, la cirugía se aplazará cuando la presión diastólica se encuentre por debajo de 110-120 mmHg. Los tratamientos antihipertensivos y cardiológicos deben mantenerse, pero los pacientes tratados con ARA II e IECAS, deberán de dejar de tomarlos unas 2 horas previas a la cirugía, debido a las complicaciones en el retorno venoso que pueden suceder durante la laparoscopia. También es necesario valorar el estado de coagulación, para evitar complicaciones posteriores.
- En cuanto a las medidas intraoperatorias de prevención de complicaciones, es aconsejable aplicar una presión de insuflación menor a 8mmHg, para evitar cualquier problema cardiovascular (compromiso del retorno venoso y de la presión cardíaca). También es aconsejable la utilización de ventilación “volumen-controlada” (aumento del 15-20% en el volumen corriente y mantenimiento de la frecuencia cardiorespiratoria), para evitar limitaciones de la distensibilidad toracopulmonar. Además, se aconseja la utilización durante la intervención de sistemas de ventilación con circuito cerrado o semicerrado, con flujos bajos y filtros humificadores. En esta fase del intraoperatorio también debe efectuarse la monitorización electrocardiográfica, la pulsioximetría y el control de la Presión Arterial, así como la medición de las presiones de la vía respiratoria e intraabdominal.
- La tasa de conversión es otro problema asociado a la cirugía laparoscópica del anciano, debida principalmente a la aparición de procesos inflamatorios, así como también a un tiempo excesivo de cirugía.
- En el postoperatorio son las complicaciones médicas las que predominan sobre las quirúrgicas. En general, los ancianos tienen una estancia más alargada, debido a que la tasa de conversión es mayor y al aumento de complicaciones con respecto a la población general que se somete a la cirugía laparoscópica.
- Una de las preocupaciones que aparece en el postoperatorio es la función respiratoria. Se ha demostrado que la CMI ofrece excelentes resultados en pacientes geriátricos y puede recomendarse como tratamiento de elección, ya que con ella la FVC, el FEV1 y el flujo espiratorio forzado al 50% se deprimen menos en los ancianos a las 24 horas de la cirugía y se recuperan más rápidamente a los 7 días tras la operación.
- Otra de las complicaciones importantes asociadas es el edema agudo de pulmón. Todo ello pone en evidencia la necesidad de administrar una correcta fluidoterapia postoperatoria. Por otro lado, debe prestarse también atención al balance de sal y agua, y a la dosis de los fármacos utilizados, para evitar la hipovolemia y un fallo renal agudo.

domingo, 23 de octubre de 2011

PRÁCTICA 3 L

PRÁCTICA 3: AYUDAS TÉCNICAS

El desarrollo de esta práctica durante la primera hora consistió en conocer diferentes dispositivos técnicos  orientados a la ayuda de las personas mayores, ya sean para facilitar las actividades básicas de la vida diaria, o para suplir problemas de inmovilidad o discapacidad. Estos diferentes dispositivos se clasifican en las siguientes categorías:
  • Dispositivos orientados a la higiene personal: esponjas y peines habilitados con mango para personas con movilidad reducida en brazos, silla de ducha especial, barandillas de ducha…
  • Dispositivos de eliminación: pañales, cuñas, dispositivos para elevar la altura del sanitario, suapelles de piel de cordero con mayor comodidad y traspiración, barandillas…
  • Dispositivos de ayuda a la alimentación: cucharas y platos adaptados, dispositivos para abrir botes, pastilleros, bandejas antideslizables y vasos que impiden el derramamiento de líquido.
  • Dispositivos para la comodidad en el hogar: cama domiciliaria con barandilla elevadiza, almohadón para silla de ruedas, colchón antiescaras, dispositivos de piel de cordero para proteger la piel de los pies, teléfono de casa con teclas habilitadas, sillón antiescaras…
  • Dispositivos de movilidad: bastón, silla de ruedas, andador, carritos motorizados, pedalier, dispositivos de rotación, para coger cosas a distancia…
  • Dispositivos de transferencia: arnés de seguridad, grúa, sillas de transferencia…

La segunda hora de práctica la dedicamos a la ergonomía, es decir, al aprendizaje de técnicas de movilización a pacientes encamados y sentados.

La movilización de los pacientes requiere el respeto de una serie de normas por partes de los trabajadores, ya que unas características ergonómicas inadecuadas supone un aumento de problemas musculoesquéticos.  

Practicamos el paso de decúbito supino a decúbito lateral La base para realizar una buena ergonomía consiste en separar bien las piernas y orientar pies y rodilla hacia el lado donde se va a hacer el esfuerzo para no realizarlo con una torsión de la columna. En este caso, nos colocamos a un lado de la cama del paciente (el lado hacia el que queremos girarlo) y procedemos a flexionar la pierna que nos queda más lejos, apoyándola sobre el colchón con su propia planta para conseguir una base más estable. Acto seguido, colocamos el brazo correspondiente a la pierna flexionada, en la cadera opuesta y sujetándolo de la cadera y del hombre, girar al paciente hacia nosotros.

CUESTIONARIO 3 L

CUESTIONARIO 3

      1. Ventajas y peculiaridades del abordaje laparoscópico en el anciano.

Este documento se trata de un artículo de revisión donde se repasan diferentes estudios referentes al abordaje laparoscópico en el anciano, sin embargo no expone los criterios por los cuales se han seleccionado los estudios de los que se habla. Metodológicamente es crudo. El objetivo real de este artículo es fomentar la cirugía laparoscópica y para ellos utilizan todos los argumentos posibles.

Actualmente, el 40% de la actividad quirúrgica se centra en el tratamiento de los mayores de 65 años, los cuales presentan mayor riesgo para la cirugía que los jóvenes. A pesar de la comorbilidad asociada y la capacidad pulmonar disminuida que conlleva el tratamiento quirúrgico en los ancianos, la cirugía laparoscópica es realmente ventajosa en este grupo de población ya que diversos estudios reflejan la disminución del dolor postoperatorio, menor tasa de complicaciones respiratorias y cardiacas, disminución de estancias y rápida vuelta a la actividad física tras esta cirugía mínimamente invasiva.

Además, los avances en la anestesia, la mejor selección de pacientes, los mejores cuidados perioperatorios y la adopción de los accesos mínimamente invasivos, han permitido realizar procedimientos gastrointestinales más complejos en el anciano.

En cuanto a las complicaciones generales en el anciano, se ha determinado que la edad avanzada incrementa la estancia postoperatoria con un aumento de la morbilidad. Los factores directamente relacionados con esto son la mayor duración del procedimiento y de procesos agudos de repetición entre otros.

En la evaluación preoperatoria del anciano y la búsqueda de medidas de prevención a las complicaciones, se debe tener en cuenta que en muchos casos estos pacientes se encuentran en tratamientos antihipertensivos y cardiológicos. Los diuréticos reducen el volumen intravascular, por lo que si no se retiran estos fármacos dos horas antes de la cirugía, el paciente puede experimentar graves hipotensiones y crisis de bradicardia durante la anestesia. También hay que comprobar la función renal y cardiaco, con lo que el abordaje mínimamente invasivo puede prevenir estas complicaciones ya que supone menor agresión quirúrgica.

En diferentes tratamientos laparoscópicos en el anciano, como en la colecistectomía laparoscópica, la exploración de la vía biliar, la cirugía antirreflujo y el abordaje de la hernia hiato y de colón, el tratamiento mínimamente invasivo se ha traducido en una disminución de la morbilidad, la mortalidad, del uso de narcóticos, una reinstauración del tránsito más temprano y una menor estancia.

sábado, 22 de octubre de 2011

BIBLIOGRAFÍA 4

Isach Comllonga M, Izquierdo Zamarriego G. Fisiología del envejecimiento. Modificaciones de aparatos, sistemas y órganos. En: Guillén Llera F, Ruipérez Cantera I. Manual de Geriatría. 3ª ed. Barcelona: Masson; 2002. p. 76-63.

Los autores de este capítulo definen el envejecimiento como un conjunto de modificaciones de carácter morfológico, funcional, psicológico y bioquímico que causa el paso del tiempo. Al igual que hemos dicho en clase, se trata de un proceso progresivo e irreversible que termina con la muerte. El deterioro de los sistemas orgánicos no sólo depende de la genética o del propio individuo, sino que está relacionado, en gran medida, con la interacción que la persona haya tenido con diferentes agentes como puede ser el tabaco, el alcohol, el medio en el que ha vivido… o también otros factores de carácter psicológico: rasgos de su personalidad, relaciones interpersonales, autoimagen, estado de ánimo… todos ellos al igual que han formado parte de la etapa de madurez, lo seguirán haciendo de la ancianidad y serán las que influyan en ese proceso de envejecimiento.

Siempre que pensamos en un anciano se nos viene a la cabeza esa imagen típica de su piel, arrugada, curtida y que muestra el paso de bastantes años. Sin embargo, aunque es cierto que el tejido tegumentario es el que más evidencia el paso del tiempo, no es el único que lo sufre. El anciano sufre un desgaste de todos sus sistemas, órganos, tejidos y células; sus pulmones disminuyen de tamaño, su caja torácica sufre un proceso de calcificación de los cartílagos costales, se produce un incremento de las resistencias periféricas, la rigidez de las grandes arterias que irrigan todo el organismo, disminuyen las secreciones, los órganos sensoriales van a ver reducida su actividad, va a aparecer más grasa sustituyendo a tejido muscular... Estos son solamente unos ejemplos, pero todas y cada una de las partes de nuestro cuerpo se van a ver resentidas o, mejor dicho, modificadas.

Lo que parece un mero cambio físico y morfológico de la estructura corporal repercutirá en muchos ámbitos del anciano (actividades de la vida cotidiana, relaciones con otras personas, actividad laboral, percepción de uno mismo…). No obstante, esto no significa que la persona se encuentre enferma o tenga algún tipo de problema, sino que el proceso biológico que supone el envejecer determinará cambios a los que habrá que adaptarse, y es aquí donde pienso que el personal sanitario y no sanitario que trabaje con ellos puede hacer más trabajo, por ejemplo, identificando con ellos esas nuevas necesidades, atendiendo a sus peticiones, escuchándolos, enseñándoles y explicándoles los cambios que se están produciendo y en definitiva, ayudándoles en ese proceso de adaptación y acompañándolos en su envejecimiento.

En cuanto a la elección de este libro, me parece interesante que no solo plasma los cambios que tiene lugar a nivel orgánico en el anciano, sino que también indica aspectos a tener en cuenta como consecuencia de ellos. Algunos de los ejemplos que pone son: los síntomas de determinadas enfermedades; en el anciano muchos de ellos no aparecen, o aparecen de una forma diferente, por lo que debemos conocer eso para evaluar correctamente al individuo; el cambio en la cinética y dinámica de los fármacos debido a las variaciones en la función renal y hepática o la diferencia a la hora de interpretar datos obtenidos en pruebas utilizadas en la práctica clínica.

Dicho esto, me parece de gran importancia conocer todos estos aspectos sobre el anciano, en primer lugar, para aprender que no por ser anciano se está enfermo y empezar a considerar que tienen necesidades, inquietudes, preocupaciones y necesidad de cuidados, no como enfermos, sino como personas.