Generalidades sobre la vejez
Bueno Martínez MB, Vega Vega JL, Buz Delgado F. Psicología del envejecimiento. En: Macias Núñez JF, editor. Geriatría desde el principio. Barcelona: Editorial Glosa; 2001. p.67-53.
El contenido de este capítulo nos lleva, en primer lugar, a hacernos una idea sobre qué es la Gerontología y qué es la Geriatría, conceptos que en muchas ocasiones podemos utilizar indistintamente, pero que por el contrario hacen referencia a diferentes aspectos, eso sí, todos relacionados con el anciano. Dicho esto podemos considerar Gerontología como “la ciencia que estudia el envejecimiento en los aspectos biomédicos, psicológicos y sociales, incluyendo la intervención sobre las personas mayores” y Geriatría como un concepto que se desprende de la parte biológica de la vejez, es decir, “se ocupa de los cuidados y tratamientos médicos del envejecimiento”.
Probablemente si preguntamos a cualquier persona cuál es la diferencia entre una persona adulta y una persona de edad avanzada, la mayoría nos contesten la apariencia, los cambios físicos que se sufren conforme tiene lugar el paso de los años. Sin embargo, la realidad es otra y aunque es obvio que a nivel exterior ocurren modificaciones del cuerpo también lo hacen internamente, es decir, en la mente, y son estas las más importantes, ya que condicionan el estado de ánimo, la autoestima, la propia imagen, así como su relación con los demás y su comportamiento respecto a ellos, o lo que es igual, su vida social. Por ello se habla de edad biológica (sistemas del organismo), edad psicológica (adaptación al media) y finalmente, edad social (nivel social y papeles asumidos).
La psicología del envejecimiento explica que sobre la vejez hay cantidad de creencias erróneas. Las concepciones negativas se convierten, a menudo, en “profecías de autocumplimiento”. Pero lo llamativo acerca de los prejuicios negativos sobre las personas mayores es que son compartidos también por los profesionales que los tratan y los cuidan, lo cual conlleva el riesgo de que éstos no atiendan algunas de sus demandas considerando que lo que les pasa “son cosas de la edad” o que es “normal”. Asimismo, los ancianos son un grupo de edad heterogéneo presentando diversidad de características, de necesidades y/o de expectativas, lo cual apoya el hecho de que existe una enorme inconsistencia entre lo que se atribuye a las personas mayores y lo que ellas mismas experimentan.
Son muchos los factores que nutren los estereotipos: medios de comunicación, interpretación errónea de estadísticas…incluso la propia tradición, que mediante tópicos y fábulas todavía ejerce fuerza en nuestra sociedad. Para poder cambiar esto, tanto los científicos dedicados a este campo como los profesionales que trabajan en él, deben desbancar y sustituir esas falsas teorías que se tienen sobre las personas de la “tercera edad” por visiones reales y objetivas.
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