miércoles, 30 de noviembre de 2011

PRÁCTICA 4

SEXUALIDAD EN EL ANCIANO
Con el paso de los años, los órganos sexuales sufren una serie de modificaciones que pueden influir en el desarrollo de la sexualidad en los ancianos. En las mujeres algunos de los cambios que aparecen en el aparato sexual femenino son: menores secreciones vaginales, atrofia del útero, acortamiento de la vagina, así como pérdida de su elasticidad, que conduce a una respuesta más lenta a la excitación y a un coito más doloroso. También disminuye la duración y el número de orgasmos. En los hombres disminuye la producción de espermatozoides, el tamaño testicular, la viscosidad del fluido seminal y la fuerza de contracción de la próstata, provocando una respuesta más lenta a la excitación, menor erección y en algunas ocasiones eyaculación precoz.
Además son muchos los factores culturales que afectan al desarrollo de la sexualidad en ancianos, entre ellos los estereotipos que se han desarrollado en nuestra cultura y que todavía hoy en día prevalecen. En este sentido, es frecuente encontrar a ancianos que se niegan o tienen pudor a hablar sobre estos temas, ya que la sexualidad siempre ha sido un tabú para ellos. El concepto de ésta, únicamente estaba asociado a la función de procrear y no a la de obtener placer o satisfacción, los cuales actualmente sí se atribuyen a ella. A pesar de ello, la sociedad actual, piensa que los ancianos no tienen una vida sexual activa y que tampoco tienen interés por desarrollarla y, es a veces, esta visión de los demás, la que refuerza que  los ancianos lleven a cabo este comportamiento o que nunca hablen abiertamente de ello.
La sexualidad, tanto en la vejez como en cualquier edad puede llevarse a cabo de distintas formas (como caricias, besos, bailes, abrazos, diálogos cariñosos, mantener atractivo físico, arreglarse…), sin tener necesariamente que realizar el coito.
Las fases del acto sexual también se ven modificadas en la vejez, alargándose sus tiempos, de modo que el anciano tarda más en llegar a la fase de meseta y por tanto al orgasmo. Estos tiempos alargados de las distintas fases puede hacer necesario el uso de lubricantes durante la relación sexual, para hacer el coito menos doloroso y más placentero. Así mismo,  se podrán adoptar diferentes posturas durante el coito atendiendo a las distintas necesidades de la pareja.
Por otro lado, en la vejez también pueden aparecer problemas como la impotencia en el hombre y la frigidez en la mujer, a partir de la menopausia, lo que disminuiría la satisfacción a la hora de realizar relaciones sexuales. Alguna de las soluciones propuestas para la impotencia es la toma de viagra, aunque debido a la multitud de efectos secundarios que esta puede provocar debe utilizarse siempre bajo supervisión médica.
En conclusión, en la práctica sexual se envejece como se ha vivido.

martes, 29 de noviembre de 2011

CUESTIONARIO 4

1.      ¿Cuándo consideramos que una paciente tiene insomnio?

Cuando el paciente presenta dificultad para iniciar o mantener el sueño o cuando tiene falta de sueño reparador. Para considerar que existe insomnio la alteración ha de producirse al menos 3 veces por semana, durante un mes como mínimo, y que ello dé lugar a cansancio diurno u otros síntomas como irritabilidad o deterioro de la actividad por el día.



2.      Causas del insomnio.

Las principales son:

-          Cambio del ritmo circadiano

-          Alteraciones en el tálamo

-          Patologías

-          Causas ambientales (luz, ruidos)

-          Causas psicológicas (depresión, estrés, ansiedad)

-          Consumo de fármacos (diuréticos, estimulantes, corticoides, tabaco)

-          Síntomas como prurito o dolor



3.      ¿Qué es inmovilidad? ¿Qué tipos de inmovilidad existen?

La inmovilidad supone la disminución de la capacidad para desempeñar las AVD, tanto básicas como instrumentales, por un deterioro de las funciones motoras. Se caracteriza por una reducción de la tolerancia al ejercicio y progresiva debilidad muscular, a la que el organismo responde con taquicardias, hipertensión arterial o disnea.

La inmovilidad puede ser absoluta o relativa. La primera supondrá en el anciano la encamación y una actividad activa nula. Cuando el anciano se encuentre en esta situación de inmovilidad debemos prestar atención al estado de la piel y mucosas, UPP, a la ingesta, hidratación, comunicación… sin olvidar prestar el apoyo psicológico necesario. En cuanto a la inmovilidad parcial, el anciano llevará una vida sedentaria, sin embargo, dispondrá de cierta autonomía, presentando grados variables de dependencia.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Cuestionario 4º


1)     ¿Cuándo consideramos que un paciente tiene insomnio?
            Insomnio es un trastorno del sueño que se caracteriza por dificultad de conciliar el sueño al acostarse o  despertares frecuentes  durante la noche o  despertares muy tempranos por la mañana, antes de lo planeado, acompañados de una sensación insuficiente o no reparadora, que se presenta por lo menos tres veces en una semana durante un mínimo de un  mes Esto impide la recuperación que el cuerpo necesita durante el descanso nocturno, pudiendo ocasionar somnolencia  diurna, baja concentración e incapacidad para sentirse activo durante el día.
Los criterios en los que basamos el diagnóstico son:

-       Dificultad para conciliar el sueño superior a 30-45min.
-       Despertarse más de dos veces por la noche.
-       Vigilia nocturna superior a 1h.
-       Que el tiempo total de sueño por noche sea inferior a 6h.
-       Tener somnolencia diurna y decremento del rendimiento.
-       Transitorio.
-       De corta duración, entre 3 y 4 semanas.
-       Crónico, superior a 4 semanas.

2)     Causas del insomnio.
 Las causas del insomnio son las siguientes:

-       Origen fisiológico: cambio en el ritmo circadiano.
-       Origen patológico: respiratorias, cardiacas, gástricas, articulares, dolor…
-       Causas ambientales: ruidos, luz, cambios de hábitos…
-       Causas psicológicas: ansiedad, estrés, depresión…
-       Consumo de fármacos: estimulantes, hipnóticos, diuréticos, corticoides…
-       Determinados síntomas: dolor, diarrea, nicturia, prurito…

3)     Inmovilidad. Tipos de inmovilidad.
             La inmovilidad es la disminución de la capacidad para desempeñar las actividades de la vida diaria  por el deterioro de las funciones motoras. Podemos distinguir los siguientes tipos:

-     Relativa: aquella en la que el adulto mayor lleva una vida sedentaria, pero es capaz de movilizarse con mayor o menor independencia.

-     Absoluta: aquella que implica el encamamiento crónico, estando muy limitada la variabilidad postural.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

CUESTIONARIO 4 L

CUESTIONARIO 4

1. ¿Cuándo consideramos que un paciente padece insomnio?
Llamamos insomnio a la dificultad para conciliar el sueño o para mantenerlo o al despertar precoz, acompañados de una sensación insuficiente o no reparadora, que se presenta por lo menos tres veces en una semana durante un mínimo de un  mes, con las consiguientes repercusiones sobre la vigilia diurna, lo suficientemente graves, para dar lugar a cansancio diurno y otros síntomas observables como irritabilidad o deterioro de la actividad diurna.
Los criterios del insomnio son:
  • Dificultad para conciliar el sueño (más de 30 a 45 minutos).
  • Despertarse más de dos veces por la noche.
  • Despertarse temprano y no poder conciliar el sueño.
  • Vigilia nocturna de más de 1 hora.
  • Tiempo de sueño inferior a 6 horas.
  • Sueño transitorio.
2. Causas del insomnio
Las causas que producen la aparición de insomnio son diversas:
  • Origen fisiológico: cambios ritmo circadiano del sueño o de los núcleos.
  • Patologías: cardiacas, gástricas, dolor crónico…
  • Causas ambientales: cuidados nocturnos, ruidos, luz, cambios de hábitos.
  • Causas psicológicas: estados de ansiedad, estrés, depresión.
  • Consumo de determinados fármacos: hipnóticos, estimulantes, corticoides y diuréticos.
  • Determinados síntomas: dolor, diarrea, prurito…

3. Inmovilidad. Tipos de inmovilidad.
 El inmovilismo se puede definir como la disminución de la capacidad para desempeñar actividades de la vida diaria por deterioro de las funciones motoras.
El síndrome de inmovilidad es un problema geriátrico caracterizado por una reducción marcada de la tolerancia al ejercicio (hipertensión arterial, disnea…), progresiva debilidad muscular y, en casos extremos, pérdida de los automatismos y reflejos posturales que imposibilitan la deambulación. Se puede distinguir entre:
Una inmovilidad relativa, en la que el anciano lleva una vida sedentaria pero es capaz de movilizarse con menor o mayor independencia.
Una inmovilidad absoluta que implica el encamamiento crónico, estando muy limitada la variabilidad postural.
El riesgo de la inmovilidad relativa es el encamamiento mientras que la inmovilidad absoluta es un factor de riesgo de institucionalización, de morbimortalidad y aparición del síndrome del cuidador. Este cuadro clínico es generalmente multifactorial, potencialmente reversible y, a distintos niveles, prevenible.